Qué ilusos somos. Pensando que después de conseguir los tropecientos volúmenes de las series Strummin' Mental, Strictly Instrumental, Las Vegas Grind, Frolic Diner, Instrumental Madness, Guitar Mood, InstroMania, Twistin' Rumble y no sé cuántos más, ya atesorábamos joyas suficientes para dejar de acumular recopilaciones del pasado, dedicadas al rastreo de singles imposibles. De eso nada, toca pues rascarse el bolsillo de nuevo porque la serie High School Rumble ha llegado a su tercera entrega, que además es doble. Publicados por Headshake Records, en edición limitada a 500 copias y en vinilo exclusivamente (al menos por ahora no se anuncia formato digital, pero nunca se sabe con estos sellos clandestinos).
Con una primera entrega de portada
casera-cutre, completa 18 cortes donde se incluían piezas excelentes pero ya conocidas de Teddy & The Rough Riders, Rebel Rousers, Silvertones, Pyramids, The Clee-Shays...junto a otras no tan fáciles de localizar de bandas incluídas en otros recopilatorios: The Citations, Centuries, The Frogmen.
Las perlas del lote: Un siempre recurrente Diamonds en preciosa versión de Billy Mure & the 7 Karats; The Lancers y su (Do) The Spy; Buddy Lee and the Satellites grabando Countdown para Columbia; dos pelotazos de sonido Northwest a cargo de The Distorters, con Distortion y un saxo calentorro y musculoso que parece insuperable, hasta que llegan los Noblemen de Wisconsin (los de Thunder Wagon) y machacan Dirty Robber (no es el clásico, es suya y aparece en algún Peebles). Como broche de oro los impagables Les Aiglons demostrando con Stalactite por qué son los abuelos directos de Bomboras, Ghastly Ones y demás organ grinders posteriores.
Aunque investigando descubras que tienes 8-9 temas en otros discos, el resultado global, así escuchado en conjunto, merece mucho la pena la relación calidad-precio (está entre 10-12 euros).
Para la segunda carga, la portada mejoró mucho, con la mejor surfer-girl bailarina de las pelis playeras de la AIP, Candy Johnson, retratada desparramando en directo acompañada por sus Exciters (en los surcos está su The Hook). Dentro otros 18 Explosive Instrumentals con The Lancers como únicos repetidores del vol. 1. También mejora considerablemente la información sobre los temas incluídos (tarea fácil, en el primero no había nada excepto fotos del la galleta de los singles)
El productor/compositor Tom Hartman aporta dos de sus grupos protegidos: The Monterays y The Catalinas, ambos grabando para el sello Dee-Jay, aunque los segundos lo hicieran para la subsidiaria SIMS con el hiper-rítmico Bulletin. Sobrado también de percusiones está Tom Tom por The Chiefs, de los que se incluye la otra cara de su single para Valiant, How!, mucho más apache que la anterior. En otro corte de claro homenaje a los nativos norteamericanos, (Too Much) Firewater, el saxofonista Lorenzo Smith relata a golpe de rhytm'n'blues lo malo de excederse con el whisky. Larry Halloway, al que ya conocíamos del Strummin'Mental, aporta Beatle Teen Beat, que cuenta incluso con algunos She Loves You Yeah, Yeah...entre sus guitarreos beat. Misteriosa es D.J. Theme firmada por The Blue Jeans (foto de arriba cuando eran Daryl Britt & The Blue Jeans). Y mucho más terrorífica es la conocida The Spook (uno de mis instros favoritos de la historia) firmada por The Tomko's y cargada de gritos, susurros y efectos de sonido típicos de las pelis de serie-Z. De Davie Allan, que no necesita presentación, encontramos War Path, un temazo incluído ya en muchos discos (Rare West Coast Surf Instrumentals de Ace, por ejemplo) aunque siempre es grato reencontrarlo sonando en tu equipo. En lo mejor del lote, dos temas seguidos de la cara A: el cover de You Can't Sit Down a cargo de los Runaways y un guitarrero corte de 1959, firmado por Roland James, Guitarville,
músico de estudio de la Sun desde 1956.
Llegamos al tercer volúmen de la serie, un doble
vinilo con 35 instrumentales fechados en el
período 1958-1967. Además de una detallada información de casi todos los singles, esta vez en la contra-portada se incluyen algunas fotos de las bandas (que conociendo lo difícil que resulta recuperar material gráfico de aquellos tiempos siempre se agradece). Musicalmente, más de lo mismo, con pocos nombres conocidos excepto el californiano Kip Tyler, aquí firmando como Kipper & The Exciters la cañera Drum Twist. Y un corte de su único single para Stax de tres de los componentes de Mar-Keys, bajo el nombre de Cobras. Me alegro al reencontrar dos viejas favoritas: abriendo la cara B del primer disco The Clefs, cuyo The Dream Train Special fué de lo mejor que recuerdo de Zing Zing Rock&Roll publicado por la holandesa White Label. Y el Thunder de Bob Taylor & The Counts, que ya oimos en uno de los volúmenes de Strictly Instrumental y muchos descubrimos en la versión de Bobby Fuller. Entre el resto, los temas con temática habitual, destacando el Horror: House on Haunted Hill, Phantom Freight o Midnight Terror. La playa y aledaños: Jerry & Reggie, el Sea Hunt de los Frogmen, Hangin' High de los Big Timers o la espeluznante hot-rod The Green Monster (amor a un Carro Verde a base de guitarrazos) de los italo-americanos The Alberto Combo, desde Ohio. Del western y los indios se encargan The Sonics (no los de Tacoma), el Medicine Man de Bobby Warren Five y la magnífica Sittin' Bull de los Emeralds (los que sujetan la columna en la imagen). Pero sobre todo, predominan las composiciones de clásico corte instro-rock'n'roller, es decir, trallazos rítmicos con el piano (u órgano en varios casos) o la sección de viento meneando de forma diabólica la cosa melódica. Tracas de los Tradewinds, Tokays, The Bob-Chords, The Galaxies, Link Davis, The Crusaders o The Fabulous Flames. De entre mis favoritas, dos. Minor Chaos, un proto-surf grabado en 1960 en los estudios Kay Bank de Minneapolis por Steve Rowe and The Furys (son los protagonistas de la foto en portada) que conocí gracias a su revisión en 1964 por The Treasures. Y The Zeke, un extraño corte garagero algo hipnótico, firmado por los angelinos The Preachers, que seguramente me tiene atrapado por eso, como rara-avis entre tanto tupé engominado.
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